Estrellas en la pared

Estrellas en la pared
La escalada se convirtió en un auténtico espectáculo ayer en el frontón vizcaíno de Dima. El deporte, nacido en la soledad de las montañas, consiguió llenar el aforo del recinto gracias a un cartel que anunciaba a los mejores especialistas del mundo. Pantallas gigantes, comentaristas en directo, cámaras, efectos de luminotecnia y música a todo volumen se concertaron para subrayar los avances logrados por los deportistas sobre los seis paneles instalados en la cancha habilitada en las instalaciones.

«El respaldo del público ha sido increíble», subrayó Iñaki Erdoiza, miembro de la organización del Dimarock 2006. «Creo que es la primera vez que se cobra entrada por ver escalada en el País Vasco, y quizá también en todo el Estado, y aún así la respuesta ha sido fantástica», subrayó.

El Dimarock empezó a calentar motores por la tarde con la final del Open de Euskadi. Una treintena de deportistas participaron en el evento, en el que vencieron el madrileño Abraham Olcina y la escaladora de Artziniega Itziar Rodríguez. El entusiasmo creció cuando la megafonía anunció que lejos de allí, en las Islas Canarias, Irati Anda -que participó en la prueba disputada el pasado jueves- acababa de hacerse con la Copa de España.

El frontón se fue llenando y las chicas salieron al escenario. Seis paneles, con distintos grados de dificultad, esperaban a las participantes. Cada una de ellas salía del vestuario sin saber qué se iba a encontrar y cada una reaccionaba de manera diferente al comprobar los obstáculos que tenía que superar. Esther Cruz, la representante vasca, hacía los movimientos en tierra antes de subir a la pared. La vencedora, Olga Shalamina, sólo la miraba fijamente antes de acometer la complicada ascensión.

Los cuerpos menudos de las escaladoras mostraban nervios tensados y posturas en ocasiones impensables. Ninguna de ellas pudo con el quinto panel, en el que las deportistas debían dar un pequeño salto para aferrarse a una diminuta prensa. La representante vasca, Esther Cruz, se quedó atrás frente al resto de sus contrincantes. «No estoy en mi mejor momento físico, porque acabo de tener un niño hace tres meses», confesó.

Cuando llegó el momento de los chicos, el pabellón volvió a temblar por la expectación. A pesar de que las diferencias no eran tan grandes entre unos y otros, Patxi Usobiaga -ganador en la prueba de roca- salió convencido de que «el 'boulder' no es lo mío». El de Eibar lo decía con la cabeza en la tierra, puesto que competir con hombres de la talla de Christian Core o David Lama no es tarea fácil. Estos dos mantuvieron un mano a mano que acabó por ganar el italiano Core encadenando dos topes seguidos. Un broche de oro, según los organizadores: «El frontón casi se nos cae abajo».

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